En el año 2003, fue declarado el 11 de diciembre como Día Internacional de las Montañas y los Glaciales, instaurado por la Asamblea General de las Naciones Unidas, motivado por el éxito que tuvo el año anterior (2002), como Año Internacional de las Montañas, en donde se formaron Comités Nacionales y se fortalecieron alianzas entre diversos países con el propósito de elevar el nivel de conciencia sobre la protección y el desarrollo sostenible en las zonas de montaña a nivel global.

Este día se celebra con la realización de diversas actividades para llamar la atención de la ciudadanía y las autoridades sobre la importancia de proteger, conservar y restaurar los ecosistemas montañosos, los cuales albergan una gran diversidad biológica.

El territorio de la República Dominicana es mayormente accidentado, conformado por un Sistema Montañoso que lo atraviesa, siguiendo un rumbo Este Sureste–Oeste Noroeste, ocupando la mayor parte de la superficie nacional.

Esta disposición y extensión orogénica influye en la topografía general que debe tomarse en cuenta en las decisiones sobre desarrollo nacional por la influencia que ejerce, en el ámbito económico, ecológico, social y cultural.

El mayor sistema montañoso de República Dominicana lo constituye la Cordillera Central, la cual ocupa la parte central de país con 100 km., de ancho y 200 km., de longitud. En ella se encuentran las principales alturas de las Antillas como el Pico Duarte, con 3,175 msnm y el Pico Yaque, con 2,761 msnm, donde nacen importantes ríos como son el Yaque del Norte, Yaque del Sur, Artibonito, Yuna y Nizao, entre otros.

En orden de importancia le siguen la Cordillera Septentrional, que se extiende desde Montecristi hasta las cercanías de Nagua y La Cordillera Oriental, llamada también por algunos geógrafos Sierra de El Seibo, que se extiende desde Los Haitises hasta las cercanías de Higüey.

Las Cordilleras Central y Septentrional reciben frontalmente en las laderas norte la corriente de vientos alisios cargados de humedad y provocan en nuestro país las llamadas lluvias orográficas que resultan muy importantes en el aporte hídrico de los ríos, los acuíferos y el clima.

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