Semillas que renacen para restaurar la República Dominicana
NIGUA (República Dominicana). – En el municipio Nigua de la provincia San Cristóbal, en medio de una zona de exuberante vegetación, se encuentra el epicentro de la conservación de valiosos recursos genéticos de plantas endémicas y nativas, esenciales para la restauración de ecosistemas y los proyectos de reforestación en toda la nación. Allí el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales tiene instalado desde el 2011 el principal Banco de Semillas del país.
Pisar este mágico lugar, dirigido por el Viceministerio de Recursos Forestales, es adentrarse en un mundo en el que las semillas son las protagonistas. Cada especie representa un rincón del país y todas son indispensables para el renacer forestal nacional. En 2025, de enero a octubre, mes de la reforestación, se procesaron en el banco, más de 27,000 kilos de frutos, de los cuales se extrajeron más de 4,000 kilos de semillas.
¿Cómo obtienen las semillas?
Todo comienza con la recolección y ahí entra Porfirio Peralta, el encargado de esta División, quien destaca que esta etapa como la “más crítica”, ya que el proceso completo depende de contar con la cantidad necesaria de frutos para que se lleve a cabo completamente.
Peralta señala, además, que la coordinación inicia con la identificación de los árboles aptos para recolectar y con la definición del uso final que se dará a cada semilla, porque muchas de ellas tienen destinos distintos.
“Si nosotros vamos a recolectar semillas para protección, no tenemos muchos requisitos, solo que sean simplemente semillas, pero un porcentaje grande de las semillas también es para producción”, explica Peralta y agrega que la identificación de cada árbol y manejar las áreas en donde se encuentran, implica toda una logística para obtener frutos de gran calidad.
Damas laboriosas
El personal humano es pieza clave para que cada proceso dentro del Banco de Semillas llegue a un buen desenlace. En este caso, la institución cuenta con un valioso recurso: un grupo de damas laboriosas, quienes con gran esmero y delicadeza limpian los miles de semillas que ingresan al banco.
Ellas, con poncheras en manos y, a menudo, una sonrisa dibujada en sus rostros, retiran cada maleza como si estuviesen limpiando arroz, dejando cada fruto en condiciones óptimas para su procesamiento.
¿Cómo saber si las semillas están en óptimas condiciones?
Las semillas que ingresan al banco, una vez recolectadas y limpiadas, son trasladadas al laboratorio para un estudio minucioso. Rumuarda Urbáez, encargada del área, expresa que esta fase es crucial para conocer el estado real de cada lote. En esta etapa se determina la eficiencia del trabajo de recolección y procesamiento.
“Todo mal manejo en una de esas áreas se refleja, porque quizá se recolectó una especie en buenas condiciones, pero si hubo un manejo inadecuado en el procesamiento, la vamos a perder”, dice.
Bajo el microscopio, las semillas son analizadas como si se tratara de un organismo vivo: se someten a rayos X para evaluar su interior, se fija el tiempo adecuado de secado y se determina si tienen la capacidad de germinar.
¿Qué sigue después de ser estudiadas?
Después que las semillas son estudiadas, se ha validado su estado y se encuentran en óptimas condiciones, entra la fase de almacenamiento. Juan Alcántara es el encargado de este departamento. Él revela que en el país existen más de 6,000 especies de plantas. Algunas toleran procesos de almacenaje, las llamadas especies ortodoxas y otras no, conocidas como recalcitrantes.
Comenta que, cuando las semillas llegan, se registra la cantidad de frutos que ingresan a la institución, luego se les asigna un número de lote y se documenta la procedencia, el nombre científico, la fecha de ingreso, el peso y toda la información relevante.
“Luego se elabora un historial que se coloca en un afiche con el número del contenedor, de manera que el seguimiento del procesamiento sea preciso y ordenado”, indica y acota que este registro permite controlar el proceso de maduración de las semillas y determinar cuáles requieren secado u otros tratamientos, según la especie.
La reforestación
Después de ser almacenadas, las semillas quedan listas para su uso en distintos procesos, entre ellos un rol crucial: ser la base de las jornadas de reforestación que se llevan a cabo a lo largo y ancho del país.
Francisca Rosario, administradora del banco por más de seis años, declara que la reforestación conlleva llevar las plantas al terreno y sembrarlas, y que involucra la participación de personal técnico, colaboradores y obreros que integran las brigadas de trabajo del Ministerio de Medio Ambiente.
“Esta fase es vital porque incorpora un componente social: el empleo rural, que es muy escaso. El Ministerio hace un aporte significativo no solo desde el punto de vista ambiental, sino también productivo. En el sector forestal hay producción real, ya sea a través de plantaciones o del manejo
sostenible de bosques naturales. Esa dinámica social, basada en el trabajo y el empleo, es esencial fomentarla”, reflexiona.
También resalta que el país cuenta con más de 50 viveros, distribuidos en el país. “Tenemos una capacidad de producción que puede llegar a los 20 millones de plantas al año”, afirma.
Las semillas que maneja el Ministerio provienen del Sistema Nacional de Producción de Plantas, eje de los programas de reforestación que lidera la institución. Además, el Banco de Semillas realiza donaciones a diversas organizaciones para apoyar iniciativas ambientales externas.
Medio Ambiente y su compromiso con la Reforestación
El Ministerio de Medio Ambiente, a través de la Dirección de Reforestación del Viceministerio de Recursos Forestales lleva a cabo el Plan Nacional de Reforestación y Restauración de Ecosistemas Forestales, donde la meta es llegar a plantar más de 20 millones de plantas en todo el territorio nacional.
En el marco de este plan, la entidad asumió el desafío de incrementar la cobertura forestal de la República Dominicana y restaurar las áreas que se encuentran degradadas por el cambio de uso de suelo o debido a la ocurrencia de incendios forestales.
Desde el 2023, año en que fue lanzado el Plan de Reforestación Nacional, hasta la fecha, se han plantado 18,382,514 plantas, se han realizado 3,014 jornadas y se han intervenido 331,244 tareas en todo el país.




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