La Vega. – Este cuatro de mayo se celebra el Día Internacional del Bombero Forestal, fecha que busca reconocer a aquellos hombres y mujeres que, en ocasiones, poniendo en riesgo hasta su propia vida, se dedican a una ocupación vital para la protección del medio ambiente y los recursos naturales.
En República Dominicana para abordar este tema quizás no haya una persona más idónea que Gerónimo Abreu, quien lleva 32 años en el área forestal y es el encargado del Programa Nacional de Manejo del Fuego, una dependencia del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, creada en el año 1999.
La vocación de servicio es lo principal
Gerónimo explica que para dedicarse a este oficio se deben cumplir una serie de requisitos, pero uno que sobresale por encima de cualquier otro es el siguiente: “para ser bombero forestal lo primero que debe haber es una vocación de servicio, un interés por proteger los recursos naturales”.
Una vez se cumpla con esta condición indispensable, los requerimientos para pertenecer a una brigada contra fuegos forestales son fáciles de superar.
Esta sensación de logro y de satisfacción por el deber cumplido no tiene comparación para un verdadero bombero o combatiente forestal.
Preparación y equipos de trabajo
En términos de preparación y entrenamiento se requiere aprobar el Curso para Bombero Forestal diseñado por la Oficina de Asistencia para Desastres en el Extranjero del gobierno de los Estados Unidos, tener conocimientos mínimos de primeros auxilios, saber manejar, aunque sea mínimamente una moto sierra y un GPS, además de mostrar capacidades para trabajar en equipo.
El especialista precisa que al momento de acudir al terreno a enfrentar un incendio forestal, los bomberos requieren de dos tipos de herramientas; el equipo de protección personal y el de trabajo.
El equipo de protección personal va desde las botas hasta el casco protector, pasando por pantalón, camisa, guante, mascarilla, lentes de protección contra el humo, cantimplora, bolsas para dormir y mochilas.
El equipo de trabajo o herramientas manuales va desde machetes, hacha de doble filo, picota pulaski (utensilio de mano especial que se usa en incendios forestales), rastrillo, rastrillo forestal, mochila antorcha de goteo, drones con cámara termográficas que se utilizan para monitorear las zonas donde el incendio ha sido sofocado a fin de evitar que se puedan reiniciar.
Estos instrumentos se utilizan con el objetivo de establecer las líneas de defensa, es decir, para fijar un punto de división a los fines de impedir que el fuego pueda continuar expandiéndose, lo que se logra cortando la maleza que sirve de combustible al siniestro.
Esta sensación de logro y de satisfacción por el deber cumplido no tiene comparación para un verdadero bombero o combatiente forestal.
“Debido a que algunos aspectos no pueden ser controlados, como la topografía del terreno y el tiempo atmosférico y el combustible, que es todo material vivo o muerto que se puede quemar, es con lo que más tenemos que lidiar en el combate de un incendio”, puntualiza Gerónimo.
Continúa precisando que cuando un bombero forestal entra a un fuego. su vida depende del buen trabajo que pueda realizar. Afortunadamente, en República Dominicana nunca se ha registrado un accidente que implique lesiones graves o la muerte de ningún combatiente, hasta este momento.
Presencia estratégica
Actualmente el país cuenta con 325 bomberos forestales diseminados en toda la geografía nacional. Las brigadas se ubican estratégicamente en los lugares donde son más frecuentes este tipo de siniestros.
Cuando el fuego es demasiado intenso se integran además, los guardaparques de las áreas protegidas y los miembros de brigadas de reforestación.
El equipo técnico que dirige a los combatientes forestales, como también se les llama, se ha capacitado en Europa sobre todo en España, Marruecos, además de Estados Unidos, Belice, Centroamérica, México y Suramérica, participando incluso como instructores en algunos de esos países.
Fechas y lugares más activos para siniestros
En el territorio dominicano, el trabajo de los bomberos forestales es más intenso en el primer cuatrimestre del año, -período enero-abril-, debido a que es la temporada más seca y coincide con la época en que los agricultores preparan los terrenos para la cosecha, es decir que hacen chapeos y utilizan el fuego como herramienta para disminuir la carga de material vegetal que resulta de esta tarea. Normalmente el promedio es de unos 300 fuegos forestales durante el año.
Estos siniestros son más frecuentes en la vertiente sur de la Cordillera Central, en la Sierra de Bahoruco, Sierra de Neiba, en Los Haitises y en la zona correspondiente a San José de las Matas, Santiago Rodríguez, Dajabón y Restauración.
Puedes ser parte y apoyar a los forestales
Con lo primero que puedes apoyar a los bomberos forestales es evitando la ocurrencia de incendios cuando te desplaces por zonas boscosas o áreas verdes absteniéndote de hacer fogatas descontroladas o lanzando elementos que puedan servir de punto de combustión como cigarrillos, entre otros.
En caso de que algún ciudadano tenga la vocación y desee formar parte de una brigada de combatientes, lo que debe hacer es acercarse a cualquiera de las oficinas del Ministerio de Medio Ambiente en las provincias y en algunos municipios donde la institución tiene presencia, donde encontrará un personal que le instruirá en los pasos que debe agotar.
Tiene la opción de ingresar como voluntario para que pueda determinar si realmente tiene la aptitud y las capacidades que se requieren para ejercer el oficio. Agotado este proceso y una vez se cumpla con los requisitos mínimos que exige el Ministerio de Medio Ambiente, la persona se convierte en un bombero forestal.
Gerónimo Abreu descubrió esta vocación hace ya 32 años y su pasión por proteger el medio ambiente, los recursos naturales y la biodiversidad es cada vez más intensa.
Destaca que; “lo que nos marca es cuando vemos un incendio de gran magnitud que la mayoría de la gente cree que es imposible controlarlo y nosotros en tiempo relativamente corto 48,72 horas logramos controlar el fuego y ver como personas del campo arriesgan su vida y nos acompañan en esa labor”.
Esta sensación de logro y de satisfacción por el deber cumplido no tiene comparación para un verdadero bombero o combatiente forestal.