Santo Domingo, RD. El Ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Ángel Estévez, se reunió con un equipo técnico de esa institución, con la finalidad de evaluar los impactos del COVID-19 en la calidad del agua, suelo y aire, así como en la flora y la fauna. En la reunión acompañaron al ministro, Manuel Serrano, viceministro de recursos forestales; Silmer González, Directora de Calidad de Agua; Luís Reyes, especialistas en agua correntía y subterránea.
Aseguraron que la disminución de las operaciones industriales y las actividades comerciales, han generado una significativa mejoría en la calidad del agua de los ríos Ozama, Isabela, Haina, Camú, Yaqué del Norte, Sur y Yuna.
La calidad del agua se determina tomando en cuenta los parámetros físicos (turbidez, color, olor y sólidos suspendidos) químicos (demanda biológica de oxígeno, demanda química de oxígeno, aceites y grasas y nitrógenos) y biológicos (coliformes fecales, Estreptococos fecales, entre otros). Desde el punto de vista físico se puede apreciar una importante mejoría en la calidad del agua de estos cuerpos hídricos antes mencionados.
Se estima que la disminución del tráfico vehicular, aéreo y las operaciones industriales han resultado en una reducción considerable de los contaminantes atmosféricos y gases de efectos invernadero (GEI) que contribuyen al Cambio Climático. Esta reducción de gases efecto invernaderos supone un impacto positivo para la República Dominicana en la mitigación del Cambio Climático, además, se puede observar que el smog fotoquímico ha disminuido. El smog fotoquímico consiste en la contaminación del aire como resultado de la combinación de niebla con humo y otras partículas contaminantes presentes en la atmósfera, en zonas con niveles de contaminación elevada.
Para sustentar estas observaciones, el ministro Ángel Estévez, instruyó a la realización de estudios de medición de la calidad de agua y aire para comparar con las informaciones estadísticas previa al COVID-19.
Es evidente que el aislamiento social y las restricciones de acceso de personas a espacios públicos como parques, playas, ríos, malecón, entre otros, así como a comercios, ha resultado en una mínima generación de residuos sólidos en estos lugares, y como consecuencia, la contaminación por residuos sólidos en los mismos es imperceptible, mientras que, debido a las medidas de distanciamiento social, es notoria la disminución de la contaminación por ruido.
Esta mejoría en la calidad del medio ambiente beneficia la salud humana, la flora y la fauna tanto terrestre como acuática en la Republica dominicana, mientras que en distintos puntos del país, se ha notado cambios en el comportamiento de algunas especies debido a la baja frecuencia de personas en los espacios urbanos, naturales y recreativos. Por ejemplo, es notoria la presencia de numerosas especies marina en las aguas costeras, el anidamiento de tortugas se ha visto favorecido por esto y se han documentado varios puntos del país donde las poblaciones de estas se muestran saludables. De igual modo, se ha observado la presencia de aves como rolas, tórtolas, ciguas, pájaros carpinteros entre otras, en hogares dominicanos y grandes bandadas de aves migratorias como flamencos, Martín pescador, gallaretas y otras.